En la exposición Sicalipsis hay una especie de cuerpo descarnado en el  cruzamiento entre los objetos y los espacios de los gimnasios, el circo, los saunas, y  los espacios de tortura física violenta.   En estos espacios  y en lugares de encuentro furtivo hay situaciones forzadas  o consentidas  que nos concierne, que nos afectan, que dan forma al afecto o al desafecto, al amor o al odio.  En uno de los videos de esta exposición, la cámara se detiene en un punto fijo de una pera de boxeo, golpeada por un puño, se detiene en un puntum  donde el objeto lentamente empieza a palpitar como si  respirara. Esta es  una metáfora sobre la reacción que se causa en  los cuerpos en respuesta   o bien a la caricia o bien al golpe, como  maneras de afectación del cuerpo.  Naturalmente a partir de estas iniciales reflexiones, casi todas ellas apuntan a ese espacio intermedio entre el cuerpo, lo singular y su posibilidad de generar una imagen, es decir, de la  manera en que lo singular se constituye  como imagen reconocida por todos. “Sicalipsis intenta montar un escenario donde mostrar el espacio intermedio entre el cuerpo y su posibilidad de construir una imagen, con los objetos, los sonidos y  el espacio”.